jueves, 12 de mayo de 2011

Jim Jones Revue en la sala Sol: yeah, yeah, yeah!

Más que un choque entre Little Richard y MC5, como se les suele describir, la música de los británicos Jim Jones Revue es, sencillamente, una revisión salvaje y divertida de rock and roll y urgencia punk. Todo lo bueno que se intuye en los discos editados en estudio es mejor aún en directo. Canciones de tres minutos que pasan como una apisonadora y que apenas uno tiene tiempo de bailar. No hay tregua. Una tras otra, una tras otra y así hasta que después de una hora escasa abandonasen la madrileña sala Sol. 

El impacto del concierto que dieron anoche es de lo que dejan huella. Los cinco miembros de la banda londinense salieron de negro y con las camisas de cuello descubiertas como mandan los canones rockeros. A pesar de venir de Londres, su estética y sus gustos musicales son descaradamente norteamericanos, con una formación clásica de rock and roll que incluye un omnipresente piano que no se rompe de puro milagro.

Brutal, simpático y comunicador, Jim Jones es un fantástico frontman. Canta con fuerza y se mueve con soltura y, como se trata de pasarlo bien, invita constantemente al público a berrear "yeahs" y aplaudir. A veces, recuerda un poco a Jon Spencer; será que los rockeros se parecen entre sí o por los pantalones apretados y la gomina en el pelo. El resto del grupo es brillante, poderoso y le imprime un sonido compacto, nada forzado.

El final fue de traca. Tras la clase de ingles con "Elemental", coreado por el público, Jim Jones agarró su guitarra y junto con el guitarrista principal, Rupert Orton, y el bajista Gavin Jay se pusieron en fila horizontal apuntando sus instrumentos al público como poderosas armas de destrucción. Oh yeah!


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