lunes, 16 de mayo de 2011

Andre Williams, ese viejo verde en la sala Sol


Pasados un par de días de su paso por la sala Sol de Madrid, no está de más recordar el simpático concierto de Andre Williams & The Goldstars. El que fuera un hombre salvaje, adicción al crack en los ochenta incluido, terror de las nenas y, en general, chico muy malo del rock and roll, se ha convertido en un entrañable abuelete de 74 años, un señor mayor con mucha marcha que lo mismo reparte besos al público que suelta en un estribillo eso de "pussy" o "motherfucker".

El aitona Williams es, por buscar un referente reconocible, como el Tony Leblanc de los últimos años, el que había rescatado Santiago Segura para Torrente, por ejemplo; un cabroncete viejo verde que más que temor y asco, desprende una extraña ternura que da la risa. Es como si hubiéramos pillado a nuestro abuelo viendo una peli porno a escondidas. Tiene su gracia, ¿no?

Otro punto destacable, otra pata fundamental del show Williams, tiene que ver con su vestuario. En la hora escasa que aguantó su cuerpo encima del escenario, se cambió de traje hasta tres veces, a cada cual más llamativo, al más puro estilo Madonna y de otras divas del pop. Por supuesto, un hombre más arrugado que una pasa y de voz arenosa también tiene derecho a cuidar su apariencia.

Más fotos del bueno (o el malo) de Andre Williams en la sala Sol:








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